Dueño de un ambiente acogedor y una carta bien nutrida en platos caseros y comida típica chilena, aseguran que sus visitantes son fieles y buenos para “el diente”.
Entre sus platos estrella está el curanto al plato, tradicional preparación de la Isla de Chiloé, donde se mezcla carne de vacuno, cerdo, pollo, con pescados y mariscos. ¡Imperdible!
Restaurante familiar de comida típica, atendido por sus propios dueños, ofrece durante todo el año enjundiosos platos de pastel de choclo, porotos granados y mariscal en concha.
Preparaciones caseras, que prometen dejar satisfechas a dos personas con el plato para una, convirtiendo esta virtud en un sello personal y único.
El San Remo, propiedad de las familias Sire y Serra, en un comienzo se le denominó Bar La Blanca, y después se transformó en una carnicería denominada La Vaca Gorda.
Los hijos de sus fundadores recibieron como herencia la carnicería y decidieron que fuera nuevamente un restaurante con el nombre San Remo.
Aquí podemos encontrar los mejores arrollados (400 gramos) con una suavidad incomparable, aliño justo y una equilibrada mezcla de ají, ajo, orégano y vinagre, que realzan el sabor de la malaya.
Otros platos típicos son chuletas, bistec a lo pobre o una milanesa, acompañadas con unas gruesas y doradas papas fritas.
Tradicional picada de Recoleta ubicada frente a la puerta principal del Cementerio General.
Si bien los «quitapenas» se multiplican en cada ciudad y pueblo de nuestro país, muy pocos han logrado la notoriedad y trascendencia de este local reconocido por su aporte a la comunidad y trayectoria.
Su nombre se debe a los deudos que acongojados pasan a saciar la sed y hambre cuando despiden a sus seres queridos al cementerio.
Cuenta con una estética de la típica fuente de soda chilena, junto a una rica comida casera y un ruidoso wurlitzer. Chorrillanas, perniles, arrollados y terremotos, son parte de su oferta.
La dueña de este recinto, Gloria Ahumada, comenzó trabajando con su padre en una pescadería y al ver que a otras pensiones les iba bien, comenzó a cocinar y preparar comidas.
Al pensar en el nombre del local buscó en la Biblia cristiana el nombre Even Ezen, que en hebreo significa: “Hasta aquí nos ha ayudado Dios”.
El lugar se caracteriza por ser tranquilo, con muy buena atención y se escucha de fondo música cristiana. ¿Platos? Porotos con rienda y con mote, caldo de patitas y ajiaco, entre lo más característico de su carta.
Dirección: Artesanos 719, locales 78 y 62, Santiago.